Era Nochevieja, la gran Navidad ya llegaba, las calles estaban adornadas con llamativos colores y ruidosos sonidos, las tiendas estaban llenas de maravillosas familias unidas por el espíritu de la Navidad.
Entre aquellas familias estaban los padres de Adam. Éstos, estaban buscando algún obsequio para darle a su hijo. Después de interminables horas decidiendo, ¡Ya lo tenían! Un pase gratis para el gran balneario Elgorriaga. Adam descubrió su sorpresa y abrazó con todas sus fuerzas a sus generosos padres. Y acudió a las fascinantes aguas termales.
Adam estaba relajándose tranquilamente en el asombroso balneario, pero oyó unos ruidos extraños que provenían de su vestuario. Corrió rápidamente hacia allí, y cuando llegó, no había nada, se lo habían robado. No tenía dinero, carecía de ropa, y no poseía las llaves de su casa. Y lo peor, no podía llamar a nadie para que le ayudase, así que sólo tenía una opción, debía buscar ropa, comida, y sobre todo a sus padres.
Salió en busca de ropa con el manto del lujoso balneario, y encontró a miles de personas desperdiciando la ropa que tenían, entonces él exclamó:
- ¡Basta! Hay miles de personas que necesitan escasa ropa para vestirse así que,¿Podría darme usted parte de la ropa que está desaprovechando?
- ¡Fuera de aquí! Hijos, no miréis a este infeliz vagabundo,¡Ponte a trabajar sin vergüenza, que te sería de más ayuda que pedir en la calle!- Voceó enfurecida hacia Adam.
Él se apartó, pero el niño más pequeño se acercó inesperadamente, y le dio una chaqueta negra de su madre, y unos pantalones apretados con un color azul cielo muy llamativos, Adam le sonrío, y aceptó los donativos de aquel inocente niño. Se colocó la chaqueta que tapaba incluso sus rodillas y los apretados pantalones , y de esta manera fue por las angustiosas calles que estaban repletas de felices niños cantando los populares villancicos.
Allí, en una oscura esquina de la ciudad, estaban cinco vagabundos rezando por su vida para que no se la quitara un hombre con una imponente pistola, Adam no dudó ni un instante se dirigió hacía el hombre corriendo como jamás lo había hecho, se tiró hacia él, se apoderó de la pistola y la arrojó hacía los cubos de basura que se encontraban a su lado, el hombre huyó asustado mientras Adam tranquilizaba a las víctimas de aquel ataque. Logró descubrir sus nombres: Aura, Alma, Ismael, Alex y Sandra.
Aura era la madre de Sandra, tenía un potente carácter y no dejaba que nadie se acercara a su pequeña hija de seis años que no sabía leer, contar y mucho menos leer. Alma era la hermana de Ismael, era un persona sincera, en quien se podía confiar, Ismael, su hermano, llevo a la ruina a su familia por haber hecho viles negocios con gente no apropiada. Alex era un pobre hombre que desde nació vivió en la calle, su madre también era una desgraciada vagabunda que debía un número de deudas incontable, Alex, era un hombre egoísta pero, ayudaba todo lo que podía en el pequeño grupo que tenían. Todos eran un ejemplo de honorabilidad, trabajaban todos los días en grupo para cuidar a la pequeña Sandra, incluso Adam.
Era el día de Navidad y, Adam se dio cuenta de que no todo era riqueza, de que valían más cosas, se sentía mal porque él era un niño caprichoso que siempre había tenido lo que quería, y por eso, quería ayudar a esas pobres personas que en ese momento le querían ayudar a él.
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Está bien, pero ya hay muchas películas y libros con ese tema.
ResponderEliminarEstá bien, opino lo mismo.
ResponderEliminarEstá bien.
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